Servilletas: La muerte "injusta"

Hace un año y medio, cuando visite las ciudades de Roma y El Vaticano, curioso país dentro de otro país, caminé por innumerables senderos repletos de maravillas y sin menospreciar ninguna de ellas, diré que hubo varias que me fascinaron especialmente . . . pero me centrare en una . . . : La piedad de Miguel Ángel.

Para ubicaros delante de la ella (mentalmente claro, aunque . . . bueno, ¿si queréis nos vamos a ubicarnos in situ?, jejeje) os diré que fue la lastima, el principal sentimiento que recorrió todo mi cuerpo.

Fué una pena que años atrás un loco (no de nuestro blog) intentara destruirla con un martillo y que por este desafortunado incidente se encuentre ahora recluida dentro de un cristal protector. Aun así, la destreza y talento de Miguel Ángel, al crear dicha obra, consiguió que se me afligiera el corazón al ver a aquella madre, tan real, intentando sostener a su hijo muerto, tan real, en los brazos, y sin que el padre de la criatura “pudiera” hacer nada . . . dicha sensación, incomoda, realizo una marca en mi y activo las pocas neuronas que me quedan. . .

Al volver a mi ciudad( la cual no diré que es Leganés para mantenerla en el anonimato) y al estar en el ya famoso Pub de solo de jefes (no suelo frecuentar otro tipo de garitos, jeje), en un intervalo de soledad, escribí en varias servilletas: las cuales hoy han sido seleccionadas para salir del anonimato, el siguiente relato, comentario, locura . . . o como queráis llamarlo.

Espero que lo disfrutéis y que los “nuevos”(si es que vuelven a entrar) no se me asusten . . . mucho.

3:48 de un lunes cualquiera en un lugar cualquiera . . .

Daños ocultos por miradas rápidas. Felicidad contenida por recuerdos pasados. Lagrimas de silencio recorriendo el vacío día . . . tal vez mañana florezcan nuevas esperanzas de cambio, nuevos caminos recorridos, para volver al lugar donde todo se jodió y así, volver a intentar, romper las reglas físicas, logicas y de la no locura. Volver a intentar vender mi alma al diablo, el cual no contesto, y tal vez ahora me permita entrar, para sufrir una eternidad en su casa pero no volver a llorar en la mía.

Cristales rotos de tormentos incrustados dejan restos de por siempre. ¿Extirparlos? . . . no es mi sino. ¿Aceptarlos? . . . es dolor. ¿Ignorarlos? . . . es imposible. ¿Solución? . . . ¿solución? . . .

Tortura maldita la impuesta a los humanos en momentos como estos.

Dichosa humanidad que nos debilita y nos vuelve frágiles para poder ser abatidos una y otra vez . . . ¡¡ levántate !! : ¡¡y así podrás volver a caer!! . . . ”pues mejor me quedo sentado” – piensas jocosamente mientras mejoras tu oferta sobre este mismo pensamiento: “¡NO!: mejor tumbado. . . ., mejor tumbado. . .” - ries por no llorar.

Miles de palabras, salpicadas de sangre, se han escrito en la historia. Balas disparadas contra dictadores longevos, los cuales escapan de muertes justas sin saberlo. Memoria histórica de injusticias, a las que cada día se añaden nuevas “caídas” de personas inocentes . . . “¡¡¿Por qué?!!” – gritas y pataleas - : “No aceptaré lo inaceptable”.

“Tal vez si no me oyen, es porque no grito lo suficiente” – meditas ebrio – “ ó tal vez. . . me encuentre solo” – te auto engañas.

Recuerdas las risas cortadas, calladas y omitidas. Recuerdas los lloros evadidos, huidos e inexistentes. . . “no lo digo yo” – balbuceas – “Lo sufro yo”- imploras

"Mañana al viajar: recorreré terrenos de piedras separados por arenas para sufragar a favor de mi destino. Yal tumbarme: cerraré los ojos para no ver más. Ni pensar más. Ni ni llorar más. Ni recordar más. Ni aceptar más. Ni escribir más." - Sentencias mientras caes.

Jim

"Lo que és, dista mucho de lo que debe ser"