Cada tarde que voy a pasear al Parque del Buen Retiro de Madrid me resulta imposible no quedarme absorto durante unos minutos ante esa estatua . . . El Ángel Caído. Y pensar el que llevó en 1874 al duque Fernán Núñez a erigir una estatua en honor del diablo en pleno centro de Madrid.
Recordemos según la biblia, después de la Primera Guerra en el Cielo, fueron desalojados o expulsados algunos ángeles, de los cuales, el más reconocido fue Luzbel o Lucifer, un ángel muy hermoso que se rebeló contra Dios, queriendo ser como Él.
Su autor fue Ricardo Bellver, el monumento tiene unas dimensiones aproximadas de casi 10 metros de largo por 10 de ancho y 7 de alto. La escultura de Bellver mide 2,65 metros de alto. Desde su base de granito, se eleva en forma de pirámide truncada, de planta octogonal, en cada uno de sus lados hay una escultura de bronce con forma de lagartos, sierpes y delfines, y en cada una de ellas hay tres surtidores por los que sale agua. El Ángel Caído, con las alas desplegadas y contorsionado, se apoya sobre unas rocas, mientras una gran serpiente se enrosca alrededor de su cuerpo.
La Estatua del Ángel Caído, tiene otra particularidad y es que se encuentra a una altitud topográfica oficial de 666 metros sobre el nivel del mar, en Alicante. No deja de llamarme la atención que en aquellos años los instrumentos de medición no tenían la suficiente precisión como para conocer esta cota con tanta exactitud, ¿por lo que se trata de una diabólica casualidad?
Os recomiendo (a los que podáis) daros un paseíto por el Retiro y disfrutar de estas y otras maravillas.
Un saludo
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